Orígenes de un pueblo: Peñarrubia
Los orígenes del pueblo de Peñarrubia, se remontan a principios del siglo XV, (1500) cuando fue conquistado al reino nazarí de Granada por las huestes cristianas. No obstante, en dicho núcleo, se encuentran vestigios anteriores al asentamiento cristiano, por lo que ha de suponerse que en otros periodos históricos precedentes hubo algún movimiento poblacional en aquel entorno, de hecho existen vestigios que confirman y corroboran la presencia humana en aquel entorno en época rupestre. (1). Con posterioridad a esta fecha también continuó el flujo humano por aquellos territorios en diferentes periodos históricos, pero siempre con una escasa presencia. (2)
La denominación por la que se ha venido y continúa denominando aquel enclave geográfico, fue tomada por la sierra próxima a aquel núcleo , que era la que delimitaba dicho entorno. Está situada en el sector occidental de la provincia de Málaga entre Antequera y el Noroeste de la Serranía de Ronda, siendo bañado por el Rió Guadalteba. Desde su fundación como hemos referido anteriormente en 1500 fue una entidad dependiente administrativamente de Teba, que a su vez dependían del por aquel entonces reino de Sevilla.
Esto fue así, hasta el primer tercio del siglo XIX, cuando se realizó una nueva división en provincias, pasando Peñarrubia a formar parte de la provincia de Málaga, no así eclesiásticamente, que continuó dependiendo del Arzobispado hispalense hasta el año 1958. Finalmente en el siglo XIX y debido al considerable incremento poblacional, la entidad pudo lograr su independencia, siendo sin lugar a dudas durante esta centuria decimonónica, cuando logra alcanzar dicho pueblo su mayor preeminencia, debido principalmente a la repercusión que supuso para el pueblo la presencia del tren, que se creó para unir las ciudades de Málaga y Córdoba y que pasaba por dicho pueblo de Peñarrubia, como así se puede ver reflejado en la portada de uno de los mas importantes periódicos de Málaga del siglo XIX. (3)
Un hito histórico, la iglesia.
Como hemos visto anteriormente, el pueblo de Peñarrubia surge en 1500, desde esa fecha ya empezaron los vecinos a demandar la existencia de un templo donde rendir culto y celebrar las festividades cristianas. No será hasta el año 1550, cuando se tiene constancia de la existencia de la primera ermita que cubría modestamente las necesidades de aquellos peñarrubianos, de escasas dimensiones satisfacía en mayor o menor medida esas necesidades, teniendo en cuenta que el pueblo por aquellas fechas no superaba el centenar de personas.
Con referencia al aspecto que presentaba aquel pequeño o modesto templo sagrado diremos que fue fabricado según el estilo imperante en aquella época, es decir el mudéjar, por lo que su aspecto exterior debería de estar revestido de ladrillos de adobe, un material humilde y sobrio. No resulta descabellado el suponer que esa ermita bien pudiera tratarse de una reconversión de alguna pequeña mezquita árabe asentada en dicha localidad, pues sin duda muchos fueron los tempos en aquellas época (4) que se reconvirtieron de mezquitas a iglesias parroquiales.
Desconocemos que párroco dirigió los destinos de aquellos primeros feligreses peñarrubiero, pues por desgracia no existen documentos que nos lo pueda indicar (5), no así del cura que regentó los destinos espirituales en 1593, nos referimos al Reverendo Padre Don Jerónimo Lagasta. La importancia significativa de este párroco estriba en que fue el que creó por primera vez el libro parroquial de bautismo en dicho enclave. A través de este importante legajo se comienza a hacer constar documentalmente los primeros natalicios que tuvieron lugar en este pueblo, dándose constancia ya del crecimiento demográfico que comenzó ha experimentar dicho enclave poco tiempo después de su reconquista. (6).
Durante más de 150 años, la antigua ermita no sufre ninguna modificación que altere significativamente su aspecto, aunque pequeña, cubría como hemos dichos esas necesidades, pero el paso del tiempo ya comenzaba ha hacer mella en alguna zonas puntuales del recinto. Del mismo modo Peñarrubia comienza a ir experimentando un incremento en su censo, por lo que se comienza a plantear la posibilidad de acometer reformas para adaptar el recinto a esas nuevas necesidades, a esos nuevos feligreses, solucionando así definitivamente esas insuficiencias de las que carecía esa ermita.
Conocemos que en el año 1787 se produjo un censo poblacional, en aquellas fechas de finales del siglo XVIII habitaban el pueblo un total de 165 personas. Es en esta época cuando se decide acometer la reforma que afectaría a todo el conjunto parroquial, única iglesia existente en el pueblo. Será esa reforma la que ha permanecido en la memoria colectiva de un pueblo hasta bien entrado el año 1990, cuando definitivamente desaparece el último vestigio de ese pueblo que sucumbió bajo el influjo de las aguas.
Será en esta fechas, finales de la centuria dieciochesca, cuando el edificio, como hemos dicho, suple las carencias que tenía. Para ello se construye una nueva sacristía, ésta fue una adhesión como obra de nueva fábrica en la parte derecha del presbiterio alto. Se dota también de un baptisterio que se ubica en la zona próxima a la entrada principal, zona del evangelio, para ello se crea una pequeña capilla donde se sitúa en el centro la pila bautismal. Del mismo modo se ejecuta una nueva puerta secundaria que se anexiona en la zona de la epístola y que posibilita un mejor desalojo del templo.
De momento todas estas obras de nueva construcción parecen necesarias y con cierto sentido lógicas, pero también se aprovecha esta construcción, para anexionar una capilla en la zona intermedia del templo donde poder ubicar una serie de imágenes . También se acomete la ejecución de una sencilla y modesta espadaña, que servirá para avisar a los fieles y devotos del inicio de los cultos o cualquier otro acontecimiento o calamidad que pudiera estar aconteciendo en el pueblo. (7)
La ampliación del templo con la nueva capilla ¿posible llegada de una Virgen de los Dolores?
Como hemos apuntado anteriormente, será en el transcurso del siglo XVIII, cuando se adapta el viejo recinto sacro a las nuevas necesidades, cubriendo de esta forma las carencias que tenía. Quizás para nosotros la obra más importante que se acomete en la parroquia sea la que se realiza en una capilla cuya adhesión se centra en el testero del evangelio.
Su ubicación se realizó en el lado opuesto a la nueva puerta secundaria abierta en el lateral de la epístola. Hemos de imaginar qué escena se podía encontrar el feligrés al acceder al templo por esta nueva puerta, topándose con esta capilla en su primera visión del templo. Allí fue donde se situaron dos imágenes devocionales, un Cristo de la Vera+Cruz y una Virgen de los Dolores. Aquella capilla, no era de considerables dimensiones pero pese a su pequeñez, era un espacio amplio no solo para albergar estas dos imagines, sino para también ubicar en ella un cuadro de las Animas Benditas, (8) y un pequeño confesionario.
No nos consta que antes de esta ampliación de la ermita, existiera en dicho recinto ninguna obra cultual a la que rendir culto y devoción los peñarrubianos, pues como hemos apuntado con anterioridad dicho recinto era de pequeñas dimensiones, y carente de muchas cosas . Si es así, aprovechando estas importantes reformas se piensa con buen criterio realizar una pequeña capilla y en ella dedicar un espacio a estas dos imágenes devocionales.
Ante la construcción de esta pequeña capilla, me planteo diferentes preguntas: ¿Por qué la ampliación de esta parte del templo, si no cubría una necesidad básica en la iglesia? ¿Por qué se eligieron estas advocaciones? ¿Quién pudo ser el autor de las mismas?. A esta pregunta, trataremos de dar respuesta, siempre hablando en hipótesis, pues carecemos de base científica y documental que pueda corroborar por el momento estas afirmaciones que vamos a verter a continuación.
A la primera pregunta ¿Porque la ampliación de esta parte del templo? Diremos que no tenía sentido hacer una reforma en una parte que no cumplía con una función primaria en los cultos parroquiales, era simplemente un elemento integrante en dicho recinto por lo que no justifica su ejecución, si no es que se deseara desde un principio ubicar en ella un conjunto de imágenes, las demás dependencias , sí que eran necesarias, pero ¿Por qué de esta capilla? ¿Que sentido tenía? .
Quizás refiriéndonos como he dicho anteriormente en una hipótesis verosimil, creo que esta capilla se pensó ex profeso para ubicar en la misma dos imágenes y que dicha obra fue configurada en un conjunto de reformas llevadas a cabo en el templo al mismo tiempo. La misma se creó sin duda alguna para albergar en su interior un grupo de imágenes para que los peñarrubianos demostraran así su devoción y veneración hacia las mismas.
¿Por qué la elección de estas advocaciones? Esta es una respuesta sencilla de contestar, quizás por la especial devoción del cura párroco que por aquellas fechas ejercía su labor evangelizadora en Peñarrubia o bien, se Eligio una de las advocaciones más significativas y populares en aquellas fechas. Hemos de saber que la denominación Vera+cruz es la más antigua que existe en los pueblos malagueños. De hecho en Málaga capital, es quizás, junto con la advocación de Sangre, las que se disputan ese honor de ser la más antigua.
Con respecto a la elección de la advocación de la Dolores, quizás sea más fácil de entender, puesto que Dolores sea el estado más acorde ante la escena de ver a su hijo amado muerto en la cruz. De hecho solo tenemos que retrotraernos a principios del siglo XX para poder observar como en la gran mayoría de las advocaciones marianas era esta denominación la más difundida. Paulatinamente estas fueron cambiando de manera que se pudieran identificar una con respecto a otras. Este suceso no pasa en Peñarrubia, ya que no existe ninguna necesidad de distinguirla de otra pues era la única que existía en el templo.
¿Quién pudo ser el autor de las mismas?. No era un pueblo con excesiva importancia en aquellas fechas, así que no veo la posibilidad de que fuese un artista conocido, pero sí una persona con la suficiente pericia como para poder afrontar con éxito la realización de estas dos imágenes que comenzaron a calar en el corazón de los peñarrubianos en el preciso instante de su ubicación en dicha capilla devocional. Como he apuntado anteriormente, veo y así lo creo, que dichas imágenes se realizaron exclusivamente para situarlas en esta capilla, por eso lo de su ejecución simultánea junto con las otras dependencias, siendo auspiciadas dichas obras por el propio párroco o persona afín a él
Las imágenes fueron ejecutadas siguiendo los postulados estilísticos clásicos devocionales de la escuela granadina del siglo XVIII, es decir, eran imágenes dulces en expresión que sin lugar a dudas contribuían, ayudaban e invitaban al rezo y a la oración contemplativa de todos aquellos fieles que se acercasen a aquella pequeña capilla creada para albergarlas. Me inclino a decir que dichas imágenes bien pudieron ser encargadas en Antequera, encrucijada cultural de Andalucía y cuna de una gran tradición imaginera. Bien pudiera haber sido encargada a cualquier joven artesano de aquella localidad que con ansias de darse a conocer ejecutara estas dos imágenes.
Desgraciadamente hasta el momento, estos datos que hemos aportado son basados en meras conjeturas, más o menos verosímiles, ya que por desgracia carecemos de base documental que pueda corroborar tales afirmaciones. Pese a ello, he de confesar que no pierdo la esperanza de poder hallar testimonio documental que pueda al menos arrojar algo de luz a esta parte importantísima de nuestra joven historia.
Solo como único testimonio que puedan afirmar que la imagen esta realizada en este siglo, son las valoraciones efectuadas por el director del Museo Diocesano de Arte Sacro en 1973 Agustín Clavijo García (q.e.p.d). (9), este estudio está basado en los aspectos singulares que presentaba la imagen cuando es recibida en el Museo Diocesano, pero no se tenía presente posibles restauraciones que pudieran haber hecho cambiar la fisonomía primogénita que su autor le confirió cuando fue realizada.
Quizás la valoración con más rigor y carácter científico sea la que se realizo en el año 2004 como consecuencia de la restauración acometida a nuestra veneradísima titular por parte de Ana María Azuaga. A través del análisis concienzudo, se afirma que dicha obra pertenece al círculo granadino y se puede datar entre el último tercio del siglo XVIII o primera mitad del siglo XIX. Vemos como ambos profesores aundan y se aproximan a una misma datación histórica, siglo XVIII, que en todo momento es coincidente con las obras de ampliación que sufrió este templo de Nuestra Señora del Rosario en aquella época.
Si analizamos el aspecto que presentaba la Dolorosa, efectivamente sus rasgos pueden aproximarse a las ejecuciones realizadas en este siglo dieciocho, presentaba tal y como se puede observar en la actualidad una policromía en tonos claros, su peculiar y característica forma de presentar sus manos entrelazadas propias de este periodo y gusto de la época. En cuanto a su autoría, pues desgraciadamente se carece de firmas o documentación que pudiera acreditar su autoría, por tanto hoy por hoy carecemos de ese documento con el que poder aseverar cual es el artífice de dicha imagen. (10)
Lo que sí es cierto, es que durante su estancia en Peñarrubia, la imagen siempre permaneció en su misma ubicación, en una sencilla y modesta hornacina donde se depositó esta veneradísima imagen de la Santísima Virgen de los Dolores, a su lado y enmarcándola dos pilastras que eran rematadas por sendos capiteles dóricos, cerrando el mismo un frontis triangular. En su parte inferior una sencilla mesa de altar adornada con flores que los peñarrubianos así le querían ofrecer como prueba de ese favor, o esa manda que esperaran conseguir de su Virgen.
Difíciles momentos: Años 30 en torno a la Virgen.
De sobra es conocido por todos, la situación política por la que atravesó la Málaga cofrade en la década de los años 30 de la pasada censura. Peñarrubia no fue ajena a esta influencia iconoclasta que se produjo en dos fechas concretas.
Quizás sea esta fecha las más turbia en el pasado de nuestra Dolorosa, es difícil poder decir con exactitud lo que aconteció en aquellos difíciles y tumultuosos hechos; las fuentes orales en ocasiones son dadas a confusión por la disparidad de opiniones que se pueden verter sólo por referencia o con toda la mejor intención, pero no existe aporte documental o testimonio gráfico que corrobore, o al menos sirva para intuir que estos hechos fueron tal y como se nos ha relatado.
Desgraciadamente, solo podemos de momento basarnos en estas fuentes orales, al carecer de documentos que confirmen o desmientan unos hechos importantísimos para el seguimiento de nuestra imagen titular. Pese a ello no queremos omitir dichas fuentes consultadas en el transcurso de algunos años, por personas próximas al entorno de la imagen o vecinos de la localidad de Peñarrubia, así al menos podemos documentar para futuros cofrades de Nueva Esperanza estos difíciles y tumultuosos años, con la esperanza eso sí, siempre puesta, de la posible aparición de un documento que arroje luz sobre este oscuro pasado tan reciente en nuestra historia. (11)
Sabemos que en el año 1937, es decir uno después de haber tenido lugar la segunda quema de conventos (12), se redacta un informe de pérdidas sufridas por los templos de la provincia de Málaga. Según este informe se redacta un inventario de pérdidas de la iglesia parroquial de Nuestra Señora del Rosario, haciéndose constar en ella que fue pasto de saqueo y expolio interior. (13)
Por lo observado en la nota que se ha mencionado, muy ambiguos son los datos referentes a las pérdidas sufridas en dicho recinto, careciendo de un inventario pormenorizado en el cual se diga qué es lo que se perdió y qué es lo que se pudo conservar. De hecho volvemos a retrotraernos a los libros parroquiales de dicho templo parroquial y que afortunadamente pudieron ser salvados, por lo que cabe suponer que fue un asalto muy precipitado y participado por un grupo no muy numeroso de personas, posiblemente republicanos.
Como consecuencia de estos hechos, surgen una serie de preguntas que nos hacemos: ¿Son ciertas estas afirmaciones que se citan en el Archivo Tembury? Quiero pensar que sí, pero en parte, pues desconocemos quien fue la persona encargada de redactar las posibles pérdidas sufridas, probablemente alguna persona del entorno de la parroquia; quizás el propio cura, pero ¿se comprobó in-situ? ¿Se corroboró o al menos cotejó que dichas pérdidas fueron definitivas?. Sabemos que algunas piezas volvieron a aparecer con el transcurso del tiempo, como ejemplo los libros parroquiales. En este punto de momento desconocemos si con posterioridad se volvió a elaborar un informe sobre las restituciones y recuperaciones sufridas.
Ante estas preguntas, me formulo una hipótesis verosímil y posible, me inclino a pensar que es más que probable que se pudieran salvar algunas cosas de la parroquia por parte de algún vecino, que, sin dudarlo y ante el cariz de la situación política de aquel momento se jugó su vida. Estas afirmaciones se corroboran con algunas fuentes orales que así nos lo han asegundado; que nos encontramos con la misma imagen que permaneció en el pueblo desde el siglo XVIII, por lo tanto la talla pudo ser salvada misteriosamente en el transcurso de aquella destrucción iconoclasta de aquellos años. Estas fuentes orales aseveran con rotundidad que se trata de la misma imagen que en todo momento conocieron sus antepasados, es decir, la que en la actualidad recibe culto y devoción bajo la celestial y única advocación de María Santísima de Nueva Esperanza. Me inclino a pensar que esta hipótesis, si bien carente de prueba o soporte documental que lo corrobore, es probable...
Por el contrario, omitiría y no seguiría un rigor al relatar otras fuentes totalmente dispares que dicen que la Dolorosa fue pasto de la destrucción. Se afirma que la misma fue sacada junto con alguna pertenencia y conducida a las afueras del pueblo donde fue quemada en una pira. Hoy por hoy volvemos a decir que carecemos del documento o prueba documental que diga qué es lo que pasó, por lo que resulta difícil decantarse por alguna de las versiones ofrecidas.
Ambas versiones, son creíbles, pero particularmente me decanto por la primera, más si cabe, amparada por las valoraciones efectuadas por el profesor Agustín Clavijo García en 1973 y posteriormente ratificadas por la restauradora de arte Ana Maria Azuaga en 2004, en la que ambos son rotundos en sus afirmaciones. -nos encontramos ante una dolorosa fechada entre los siglos XVIII o primer tercio del XIX-, que se trate de la misma que existió en Peñarrubia eso es otra cuestión que esperamos llegar a aclarar en algún momento.
Aspecto de la capilla en la Cultos a la posguerra
Nos encontramos a finales de los años 30, atrás quedo la contienda civil, y los peñarrubianos querían y así deseaban restituir parte de ese esplendoroso pasado que tuvo su iglesia parroquial. Sin ninguna duda, la posguerra era difícil, los recursos económicos también eran escasos, pero eso no impidió volver a recuperar aquella apariencia pasada. De nuevo entre aquellos viejos muros, se volvía a encontrar una Virgen, que se vuelve a rebuscar en su antiguo emplazamiento, la capilla de las Ánimas. De nuevo otra vez más, se encontraba en ese diálogo mudo junto con su hijo amado.
El aspecto primogénito de la capilla no fue afectada por los sucesos, pues sabemos como hemos dicho anteriormente que solo se expolió el templo, no siendo incendiado. La capilla no presentaba ningún adorno, ni retablos que así pudieran alterar la fisonomía del mismo, por lo que de nuevo la imagen fue colocada en su hornacina. Ese aspecto es el mismo que presentaba a mediados de los años 60 (14).
En ella podemos apreciar perfectamente cual era el aspecto que presentaba dicho recinto acotado para estas dos imágenes, de un aspecto sobrio y humilde, se abren dos nichos en los muros laterales donde se ubican las dos imágenes, la Virgen de los Dolores y en la otra se coloca una imagen del Cristo de la Vera+Cruz, que fue adquirido en los talleres Olot.
Cerrando dicho espacio figuraba el testero perimetral donde permaneció el viejo cuadro de las Animas Benditas del Purgatorio. Afortunadamente no se vio afectado por los sucesos del 31 y 36 (15), a sus pies el confesionario.
Debajo de las dos modestas capillas enclavadas en los muros se encontraban sendas mesas de altar, con mantel y jarrones donde nunca les faltó las flores que los devotos depositaban a la espera de una manda o en señal de agradecimiento de aquel favor recibido.
Semana Santa en Peñarrubia, así trascurrieron aquellas salidas
Con respecto a como era la Semana Santa en Peñarrubia por aquellos años, pues diremos que era un acto de extremada sencillez, de gran devoción y con una gran afluencia por parte de los vecinos de aquel pequeño pueblo.
La procesión era organizada por un grupo de devotos, por lo que no se constituyó como cofradía de una forma organizada, siendo estas personas las encargadas durante el año de comprar todo lo necesario para la estación penitencial. La mismas estaban integrados principalmente por la familia Fontalba, y se les consideraba hermanos a todos aquellos que de forma tradicional efectuaban su salida penitencial
El acto tenía lugar en la tarde-noche del Jueves Santo. Las imágenes eran retiradas de su lugar donde habitualmente permanecían durante todo el año para ser dispuestas en el interior del templo en unas sencillas parihuelas de no excesivas dimensiones. (16). El recorrido de la procesión nunca fue excesivo, pues la distancia a recorrer se limitaba a calles aledañas al templo parroquial, y el cortejo tenía una duración de unas 3 horas aproximadamente, siendo vivida como hemos dicho anteriormente con mucho fervor por parte de los peñarrubianos. (17)
La imagen de la Santísima Virgen volvía a salir a las calles del pueblo al día siguiente, en la tarde-noche del Viernes Santo. Pero en esta ocasión salía sola, siendo el recorrido más corto que el realizado en el día anterior. En poco o nada se altera la Semana Santa de Peñarrubia desde el año 38 hasta su desaparición como pueblo. La Virgen siempre salía para recibir la veneración y devoción de su pueblo, que nunca la dejó solo. Allí salían al paso de la Señora para ofrecerle un pañuelo con el que poder calmar ese dolor.
El pueblo desaparece y la imagen va al Museo Diocesano
Nos encontramos a principio de los años 70, el pueblo ya tenía la espada de Damocles sobre sus dominios, se conocía que el pantano que próximamente comenzaría a embalsar agua, lo inundaría todo. Comenzaron las expropiaciones y poco a poco la localidad comenzó a ser desalojada, muchos emigraron al norte, principalmente zona de Cataluña y del País Vasco, otros en cambio decidieron buscar nuevas raíces en una nueva barriada bastante cerca que por aquellas fechas se estaba creando (18).
En 1972, el pueblo debía ser desalojado, así pues, todas las pertenencias ubicadas en el templo parroquial fueron retiradas y enviadas al obispado malagueño, para que el mismo buscara nueva reubicación. Los libros, aquellos de los que tanto hemos hablado, pasaron a engrosar parte de los fondos bibliográficos de la catedral. Las imágenes retiradas fueron depositadas temporalmente en el museo diocesano de arte sacro. Allí se hizo la primera valoración de las obras. (19)
Los libros parroquiales pasaron al archivo del obispado, siendo custodiados en la torre norte de la catedral malacitana. En cuanto a las imágenes, la Virgen del Rosario, el Cristo de la Vera+Cruz, la Virgen de los Dolores y el viejo y antiguo cuadro de las Ánimas pasaron al obispado para buscarle una nueva reubicación.
Para esa labor se contó con el asesoramiento de Agustín Clavijo García, que distribuyó las imágenes siguiendo un cierto valor artístico de las mismas, tanto la antigua imagen del Cristo de la Vera+Cruz, como la Virgen del Rosario se reubicaron en la iglesia de santa Rosalía Maqueda, que fue la barriada que eligieron muchos peñarrubianos para rehacer sus vidas. Con respecto al viejo cuadro de la Virgen de Ánimas, se desconoce su paradero en la actualidad. Queda por tanto la Virgen de los Dolores. Agustín pensó y así hizo con posterioridad ponerla en su despacho personal, pues aquella dolorosa, le gusto y quiso tenerla en un sitio especial y privilegiado.
Luego…, pues luego la historia es mucho más reciente, se hizo la petición al obispado y llegó nuestra Madre. Es una historia mucho mas reciente y fácilmente recordable….
Para mayor información sobre el pueblo de Peñarrubia, recomendamos el visionado del cortometraje "Borrados del Mapa" de Dionisio Palacios
Sinopsis: Los vecinos de Peñarrubia abandonan su pueblo por la construcción de un embalse. Siempre con el recuerdo de la tierra que les vio nacer, no olvidan que un día les borraron del mapa.
Miguel Ángel Gutiérrez Mendoza Cronista-Archivero de la Hermandad
NOTAS
(1) Rafael Atencia Páez, Antonio de Luque Moraño y Encarnación Serrano Ramos. Revista Jábega núm. 41 (1993) Pág. 11-16.(2) Muriel Verdugo, Rafael. Nueva Esperanza 2003 (2003). Pág. 55-58.
(3) El Correo de Andalucía. Jueves 15 de marzo de 1860. núm. 2560. Pág. 1.
(4) Ejemplo de ello en Málaga lo tenemos en la torre de la Iglesia parroquial de Santiago y El Sagrario, que sigue los postulados estilísticos del mudéjar, siendo la muestra más significativa que tenemos en la capital malacitana. Siguiendo este modelo existen una multitud de templos que aún conservan sus vestigios mudéjares sobre todo en la zona de la Axarquía.
(5) Desgraciadamente mucha documentación se perdió en el Palacio del Obispo y fue pasto de las llamas destructoras en el transcurso de la noche del 11 al 12 de mayo de 1931.
(6) Este importante documento se custodia en la actualidad en el Archivo de la Catedral de Málaga y fue salvado de los sucesos del 31 y 36
(7) Ividem Muriel Verdugo, Rafael, pag 56
(8) Es así como se la conocía, como capilla de las Animas por el cuadro que se situaba en ella y que databa del siglo XVIII
(9) Para ello Agustín elaboró un informe preliminar donde databa a la imagen como de autor anónimo andaluz, de escuela granadina y vinculada al periodo comprendido en la segunda mitad del siglo XVIII
(10) Según afirma Verdugo Muriel, José en “Peñarrubia y María Santísima de Nueva Esperanza” Diario Sur 10 de abril de 2001. Se dice que la imagen presenta similitudes formales y técnicas a una Dolorosa ubicada en la capilla de los Dolores de la Catedral Metropolitana hispalense siendo obra realizada por Pedro de Mena y Médranos.
(11) Confiamos en poder hallar importantes datos referentes a nuestra imagen titular en el libro de fábrica que se conserva en la Catedral de Málaga.
(12) En aquellas fechas Peñarrubia pertenecía al Arzobispado Hispalense.
(13) Por su importante fuente documental ponemos los datos extraídos del Archivo Tembury de la Diputación Provincial de Málaga y citado por Jiménez Guerrero, José. /5 años de la Agrupación de Cofradías, (1997) Pág. 191
• Peñarrubia (CAMPILLOS)
• Iglesia Parroquial: destruida interiormente.
• Archivo Municipal: Destruido en parte.
• Archivo Judicial: Destruido en parte
• Biblioteca Escolar: Destruida.
(14) Es el testimonio gráfico por el momento más antiguo que poseemos de la estancia de nuestra Virgen en Peñarrubia.
(15) La presencia de dicho cuadro redunda en nuestra hipótesis de que no todo fue pasto de las llamas y que tal vez la Virgen también pudo ser salvada de dicha fiebre iconoclasta.
(16) Las andas eran portadas por estos hermanos, oscilando el número de ellas pero nunca superando la docena de hombres de trono. Eran de madera sin labrar y con tres varales.
(17) En sus últimas salidas la Virgen siguió el siguiente itinerario: Templo, calle Nuestra Señora del Rosario, calle General Varela, calle Real, plaza de España, calle Franco, calle Cantera y calle del Pozo. Templo
(18) Nos referimos al barrio de Santa Rosalía Maqueda, lugar que eligieron muchos peñarrubianos como nueva residencia.
(19) A este lugar llegaron, el Cristo de la Vera+Cruz, la Virgen de los Dolores. La Imagen de la Virgen del Rosario y el Cuadro de Animas. Finalmente, El Cristo de la Vera+Cruz y la Virgen del Rosario fueron a parar a Santa Rosalía Maqueda, aunque muchos de los Peñarrubianos afirman que la Virgen del Rosario que recibieron no era la que se ubicaba en dicha localidad.